Translate

martes, 12 de noviembre de 2013

Basado en la reseña de Néstor García Canclini:

"El consumo sirve para pensar".


http://prezi.com/vgfy4mrwqptv/edit/#10_13415665

El argentino Néstor Canclini expresa en su articulo "El consumo sirve para pensar" diferentes perspectivas sobre el consumo. Perspectivas que van más allá de intercambios económicos, las cuales, detallamos a continuación: 
  • El consumo se puede entender con teorías que lo abordan desde diferentes perspectivas como son: la economía, la política, la antropología y la sociología, sin embargo, no existe una teoría sociocultural que lo explique.
  • El consumo es el conjunto de procesos socioculturales en que se realizan la apropiación y los usos de los productores, a partir de esto el consumo es comprendido, ante todo por su racionalidad económica. es el lugar en el que se completa el proceso iniciado al generar productos, donde se realiza la expansión del capital y se reproduce la fuerza de trabajo. Desde tal enfoque, no son las necesidades o los gustos individuales los que determinan qué, cómo y quiénes consumen, si no que depende de las grandes estructuras de administración del capital el modo en que se planifica la distribución de los bienes.
  • El autor cita a Manuel Castells, quien menciona que el consumo “es un sitio donde los conflictos entre clases, originados por la desigual participación en la estructura productiva, se continúan a propósito de la distribución y apropiación de los bienes”. ”. Consumir es participar en un escenario de disputas por aquello que la sociedad produce y por las maneras de usarlo.
  • También existe la influencia del consumo en la política, cuando los líderes desde esta perspectiva realizan acciones para la obtención de votos.
  • El consumo se puede apreciar como un lugar de diferenciación y distinción entre las clases y los grupos, ha llevado a reparar en los aspectos simbólicos y estéticos de la racionalidad consumidora. En este aspecto es como se toma de manera común, cada persona consume lo que consume gracias a sus posibilidades y en mayor medida a la necesidad de estar colocado en cierta posición que le brinde reconocimiento en el grupo social al que pertenece. Los bienes sirven como medios de diferenciación.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Raul Beltrhán Bonilla.



CONSUMO CULTURAL

Está divida en dos vías. Lo que de alguna manera adquieren cultura en todas las vías producto de lo internacional, danza árabe, arte culinario chino, música o trovas de historias de naciones de avanzada, por ejemplo la música griega con sus instrumentos, o las muestras de ciencia y educación de la nasa o de Rusia, en todos estos casos el acceso vía Internet lo ha modificado en tiempo y distancia. Consumo cultural significa que hoy fácilmente podemos tener acceso a la real biblioteca de Londres, lo que antes era imposible para un ciudadano de cualquier país de tercera o cuarta categoría, esto es parte de consumo cultural en la vía positiva.


El consumo cultura en forma negativa, lo tenemos por ejemplo con la publicación de la conducta de jóvenes artistas como Bibier y su drogadicción y vida lidibinosa, es decir: prostitución. Rihana y sus desmadres, los cuales son imitados en su vestimenta por jóvenes salvadoreños. Vida libertina o licenciosa al estilo de los ingleses o juventud norteamericana forma de comer chatarra o trasnochado en centros especiales como disco o restaurantes caso la gran via o zona rosa, entre otros, que no son propios de nuestra cultura.


El país entero no tiene voluntad de guardar su propia memoria histórica, menos de conservar su cultura. La sociedad en general es bombardeada diariamente por diversos medios con la cultura ajena, redes sociales, televisión de cable, revistas y otros.La transcultura es grave y lo vemos a diario, como las clases sociales consumistas son las que mas adoptan posiciones, vestimentas, aritos, modas, zapatos, etc.

Cuando adoptan con suma facilidad determinando con ello la debilidad de pensamiento y educación para asumir como propia la costumbre de esas naciones poderosas.
Los salvadoreños de las culturas exteriores tenemos poco y de la nuestra menos… 


Eduardo Salvador Cárcamo - Escritor, poeta y bibliotecólogo salvadoreño.

Sobre Consumismo Cultural en El Salvador.



En las últimas décadas, nuestro país ha dado un giro enorme cuanto a sus costumbres y tradiciones. Hemos sufrido una transculturización que ha socavado los cimientos de nuestros propios valores, afectando a la sociedad salvadoreña, a tal grado que ya parece irreversible para las futuras generaciones. Somos testigos de esta transformación por estar inmersos en ella, que nos decimos salvadoreños, por que hemos nacido en este país, cuya dominación cultural foránea es más que evidente. Especialmente por la importada desde Estados Unidos por connacionales como por extranjeros que dominan el concierto de los medios por diversas habilidades, sean de índole artística, política, económica o social.

El Salvador actual está muy lejos de sus propias raíces. Estamos dominados en diferentes niveles, tales como música, lengua, comidas, vestido, etc. No podemos dejar de mencionar que nuestra identidad cultural e idiosincrasia están tan mancilladas que ya es cosa natural todo lo que le pasa a nuestro país, que incluso fue despojado hasta de su propia Moneda y ahora tenemos una moneda extranjera como propia, en fin.


Posiblemente esta situación pueda revertirse algún día en la medida que se mejoren los estamentos educativos, para lo cual debemos de involucrarnos todos los niveles educativos, desde la parvularia hasta las universidades. Es una apuesta que debemos de proponernos como meta permanente, y a lo mejor quienes nos precedan la continúen. Obviamente, con esto no quiero decir, que esté en contra de la modernización de nuestro sistema de vida, pero sin olvidar de donde venimos y hacia donde queremos llegar con nuestra propia identidad nacional.














Consultar la presentación en prezi

¿Qué es Consumo Cultural?

Uno de los principales autores del consumo cultural es el antropólogo, escritor, profesor y crítico cultural de origen argentino que radica en México, Néstor García Canclini; quién en su obra “Consumidores y Ciudadanos” define al consumo como: “el conjunto de procesos socioculturales en los que se realiza la apropiación y los usos de los productos”.
Este autor obtuvo su título de doctorado en filosofía en la Universidad Nacional de La Plata; luego obtuvo una beca del CONICET y se doctoró en la Universidad de Buenos Aires convirtiéndose así mismo en profesor visitante de varias universidades como: Universidad de Nápoles, de Austin, de Barcelona y de Sao Paulo.
ntropólogos que han estudiado acerca de la modernidad y la posmodernidad y la cultura desde una perspectiva latinoamericana.
También obtuvo una beca Gugghenheim y un premio de ensayo entregado por la Casa de las Américas y Boook Award de la Latin American Studies Asociation por su libro “Culturas Híbridas”, considerándolo como mejor libro en América Latina que da aportaciones al estudio del consumo cultural.
Propuso una teoría sociocultural acerca del consumo integrando teorías económicas, psicoanalíticas, antropológicas, sociológicas y comunicacionales. Descarta la concepción naturalista de los bienes que definen el consumo como relación que se establece entre un conjunto de bienes creados para satisfacer el conjunto de necesidades (relación estímulo-respuesta).
Uno de los términos aportados por este teórico ha sido la “Hibridación Cultural”; que es un fenómeno que se ha materializado en escenarios multidisciplinarios en donde diversos sistemas se intersecan e interpenetran. Los ejemplos más explícitos son los grupos musicales contemporáneos que mezclan o yuxtaponen corrientes globales como el “pop” con ritmos autóctonos o tradicionales.
Néstor García Canclini aportó diversas teorías sobre los temas de consumismo, de globalización e interculturalidad en América Latina. Sus aportaciones fueron desde el punto de vista en tiempos neoliberales. Según el autor, estas investigaciones comunicacionales han contribuido en gran medida al desarrollo cultural de Latinoamérica.
dadano común, en términos de participación política (principalmente), depende de qué tan consumidor sea. Lo que caracteriza a este fenómeno principalmente es la globalización. Aunque se han llegado a dar conceptos básicos del consumo cultural, para Canclini no existe una definición concreta que pueda referirse al consumo cultural, ya que éste depende de las circunstancias y el contexto en el que se desarrolle. “La globalización no es
En sus investigaciones estableció la relación que existe entre el consumismo y la ciudadanía. Definió el consumo como “producto de la globalización, que ha generado una nueva concepción de ciudadano, en tanto que la cantidad de bienes que una persona puede adquirir determinan el status social que ésta tenga y por ende el rol del ci
uun hecho perceptible, sino un concepto imaginado, es decir, constituye un paradigma de la sociedad latina que rige las relaciones entre los diferentes individuos (se tiene la noción de que “existe”, pero en realidad es producto de una serie de parámetros que la sociedad latina se ha impuesto a sí misma para asemejarse al primer mundo)”.

Un ejemplo en donde se refleja la cita anterior es en el libro de Néstor García Canclini “La Globalización imaginada” en el capítulo “Mercado e interculturalidad”; en donde se critican muchos estudios de mercadeo que cuentan sólo las cifras económicas pero no se dan cuenta el cambio simbólico-social que genera este tipo de estudios (América Latina entre Europa y Estados Unidos)”.
Después de la última investigación, Canclini lleva su propuesta que el espacio cultural latinoamericano y los circuitos transicionales están inmersos en las construcciones imaginadas sobre la identidad de uno y de los otros.
as ciencias de la comunicación, y muchas otras, por lo que este autor aporta una definición aproximada de una forma transdisciplinaria que pone en relación las aportaciones individuales: “ La gente consume en escenarios de escala diferente y con lógica distintas, desde la tienda de la esquina hasta el supermercado y los macro centros comerciales. Se ha generado una élite latina que construye la ciudad en semejanza a las grandes capitales europeas y estadounidenses, y la otra parte de la población que busca la sobrevivencia con cada una de sus tradiciones y la modernización
Según este teórico la mejor forma de analizar los procesos de recepción de la comunicación es a través de un concepto de “Consumo Cultural”. Es un término que ha sido utilizado por muchas disciplinas como la economía, sociología,
l. Después del análisis de sus estudios, García Canclini Plantea una serie de interrogantes y una reflexión relacionada con el papel de latinos en un mundo globalizado, con discursos homogenizantes y civilizadores consolidándose a través de los procesos comunicacionales que tiene cada región. Entre las interrogantes que planteo se encuentran las siguientes: ¿Por qué la gente consume? ¿Con qué vamos a encarar los problemas pluridisciplinarios en este campo si casi no existen investigadores especializados en consumo? ¿Qué tanto podemos hablar de la americanización o la latinización de Estados Unidos?
Entre otras.

Modelos teóricos del Consumo Cultural.

1- El consumo es el lugar de reproducción de la fuerza de trabajo y de expansión del capital: El consumo de bienes y servicios es considerado como una manipulación por parte de la clase dominante de una sociedad transmitiéndose en los servicios a los trabajadores, a través de la publicidad y otros medios, como también necesidades artificiales que los lleva a consumir y a reforzar así la expansión del capital.
“El error de esta teoría consiste en creer que se pueden desarrollar necesidades artificiales (Néstor García Canclini)”; el teórica sugiere que se complete el enfoque economicista con el saber antropológico que explica cómo los usuarios seleccionan y hacen la combinación de los productos entre los mensajes.

2- El consumo es el lugar donde las clases y los grupos compiten por la apropiación del producto social: Después de ver como un canal de imposiciones verticales al consumo, se ha llegado a considerarlo un escenario de disputas por lo que la sociedad produce y por las maneras cómo se usa; esto según el autor.

3- El consumo como lugar de diferenciación social y distinción simbólica entre los grupos: En las sociedades que se consideran democráticas para construir y comunicar las diferencias sociales, el consumo se vuelve un área fundamental.

“Las diferencias entre los distintas clases se da no por los objetos que se posean, sino por la forma en que se les utiliza (qué programas se ve en la TV, qué música se escucha en la radio o en el reproductor de discos compactos, etc)

4- El consumo como sistema de integración y comunicación: Constituye un conjunto de diferencias entre grupos elitistas y los subalternos en México y que según García Canclini no se dan ya como antes a través de la oposición entre lo propio y lo importado; o entre lo tradicional y lo moderno, sino que “adhesión diferencial de sistemas culturales con diversa complejidad y capacidad de innovación.
EJEMPLO:

Mientras que algunos prefieren escuchar a Santana, Sting y Carlos Fuentes; otros se interesan mucho más en escuchar a Alejandra Guzmán, Julio Iglesias y las telenovelas mexicanas o brasileñas de exportación.

5- El consumo como escenario de objetivación de los deseos: Existen elementos irracionales o inconscientes en el consumo.
Las personas actúan con frecuencia siguiendo “deseos sin objeto, impulsos que no apuntan a la posición de cosas precisas o a la relación con personas determinadas; pero a pesar de ser “difícilmente aprensible, el deseo no puede ser ignorado cuando se analizan las formas de consumir”.

6- El consumo como proceso ritual: “La sociedad selecciona y fija, mediante acuerdos colectivos, los significados que la regulan (Canclini)”. 
El autor cita el concepto de cultura propuesto por Douglas e Hisjewoodcomo, cuya función primaria es darle sentido al rudimentario flujo de los acontecimientos.

García Canclini afirma que los seis modelos son necesarios para poder explicar los aspectos del consumo y también afirma que “ninguno es autosuficiente y, sin embargo, aún es difícil establecer principios teóricos y metodológicos transversales que los combinen”.
Son modelos que sirven y se aplican para cualquier tipo de consumo, no solamente al que se refiere a cultura; también es muy eficiente para analizar la manera en que los grupos sociales usan y se apropian de todo tipo de productos culturales desde lo artístico a lo académico hasta llegar a la óptica de lo que aparece en los medios de comunicación.